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Informe del 06.09.06
Por Carlos Cañete

El aumento de Salario Mínimo y la Línea de Pobreza
A fines de Julio el Consejo del Salario acordó elevar el Salario Mínimo, de los 630 pesos vigentes en la actualidad hasta 800 pesos. El aumento se irá efectivizando escalonadamente: en Agosto será de 760 pesos, en Setiembre de 780 pesos, hasta llegar a Noviembre a los 800.
Pese a ser un importante paso más en la recomposición de los ingresos de los trabajadores, la medida ha recibido algunos cuestionamientos. En algunos casos rechazada por insuficiente, en otros por excesiva. Desde otra perspectiva, se ha señalado que el aumento alcanza sólo a los trabajadores formales, quedando fuera el conjunto de quienes trabajan "en negro". Si bien este último señalamiento es sumamente relevante, debido a la fragmentación del universo laboral heredado de la década neoliberal y de la crisis de 2001 –una de las más importantes fracturas sociales que aún sufre nuestro país-, no es menos importante el quiebre que marca la gestión presidencial de Néstor Kirchner en la política salarial nacional, y su incidencia en los índices de pobreza, como ya veremos.
Efectivamente, a partir de Mayo de 2003, el Gobierno Nacional ha encarado una decidida política de recomposición de ingresos, aplicando aumentos de haberes jubilatorios, de salarios de sector público nacional, y del salario mínimo, tres instancias en las cuales tiene capacidad de incidencia directa. Lógicamente, debido a la naturaleza informal de la relación laboral "en negro", los sectores no registrados del trabajo no son alcanzados directamente por este abanico de medidas. Si bien desde el Ministerio de Trabajo se han iniciado algunas acciones tendientes al "blanqueo" en los sectores que más padecen la informalidad –como el trabajo doméstico- va de suyo que una "solución" integral a esta problemática supone la puesta en cuestión de la matriz productiva vigente en nuestro país, cuestión que excedería largamente los márgenes de esta nota.
En la perspectiva de una Argentina en crecimiento, con una importante creación de empleo que verifica una sensible predominancia de trabajo registrado, nos interesa indagar la capacidad que tiene Salario Mínimo para la manutención del trabajador y su núcleo familiar. De poco valdría entonces recuperar un mercado de trabajo plenamente formalizado con salarios legalmente establecidos que no superasen el mínimo de dignidad necesario que se pretende para una sociedad inclusiva y con equidad. Esto y no otra cosa es lo que eluden profundizar los críticos de la política salarial oficial.
Veremos entonces cómo ha sido, desde la Convertibilidad hasta el presente, la evolución conjunta del Salario Mínimo y de la Canasta Básica Total (CBT), deteniéndonos especialmente en la dimensión de la brecha entre ambas variables, esto es, qué proporción de la CBT alcanza a ser cubierta por el salario mínimo. Es menester puntualizar que esta relación es de tanta o mayor importancia que la comparación de la evolución del salario contra el Indice de Precios al Consumidor (IPC) –que mide la denominada inflación minorista-. Recordemos que la Canasta Básica Total es el valor monetario, en pesos corrientes, de un conjunto específico de bienes y servicios básicos; cuando el ingreso de un hogar cae por debajo de ese umbral se considera dentro de la categoría de pobreza. A su vez, el Salario Mínimo obra como piso a partir del cual se establecen los ingresos del sector privado y de parte del sector público.
· Entre Abril de 1991, cuando se instaura la Ley de Convertibilidad, hasta Mayo de 2003, cuando Kirchner asume la primera magistratura, sólo se registró un (1) aumento del salario mínimo, en Julio de 1993, determinando esta situación un virtual congelamiento de diez años. En cambio , desde Mayo de 2003, hasta Diciembre de 2006, se habrán materializado catorce (14) aumentos del Salario mínimo.
· En total desde Mayo de 2003 hasta Diciembre de 2006, el Salario Mínimo habrá aumentado un 300%, esto es, se habrá cuadruplicado. En tanto, en el mismo período, la CBT se habrá incrementado un 30,4%, lo que prefigura una considerable recuperación de los ingresos reales.
· Entre el inicio de la convertibilidad hasta la asunción de Kirchner, el Salario Mínimo nunca superó la mitad de la CBT, registrando un máximo del 47%, y derrumbándose hasta mínimos de 27,5% luego de la devaluación. Desde Mayo de 2003 al presente, esta brecha se fue cerrando de manera creciente y sostenida. De un 28,3% de cobertura en Mayo de 2003, habrá avanzado hasta un máximo histórico –e inédito-, del 87,8 %. Es decir, el Salario Mínimo llegará a cubrir casi el 90% de la Canasta Básica Total.